Al mirar el pasado, Julián ya no podía decir cuántos años habían pasado entre reencuentros y desencuentros con un hombre que creía ser tan inalcanzable e indestructible como el «Hombre de acero». Sin embargo, durante aquella noche él se atrevió a tomar una decisión que debió haber tomado desde hacía mucho: la de dejar atrás a un hombre que sin importar lo que este creyese, al final no era más que otro pendejo.All Rights Reserved