Desde niña, como primera espectadora del vergonzoso divorcio de sus padres, Lexa Rain aprendió a dominar el arte de librarse de los sentimientos románticos y las desilusiones que estos conllevan, podría ser que de ahí viniera su mala reputación. Había logrado acumular un largo historial de parejas de una sola noche sin llegar nunca a involucrarse sentimentalmente con ninguna.
Vivía su vida sin mayor complicación, hasta que la maldición del amor la alcanzó. ¿Qué podría ser peor que estar enamorada? ¡Ah, sí! Estar enamorada de su mejor amigo. ¿Algo peor que eso? ¡Sí! Darse cuenta que lo amaba cuando él le confesó que amaba a otra persona.