Quien diría que después de esa noche sus vidas ya no serían las mismas. La posibilidad de que regresaran a casa eran muy pocas y sabían perfectamente que uno de ellos podía morir. Pero la preguntan era; ¿Quién? . Y desde esa noche ninguno de los huéspedes del señor Ferrer pudo dormir tranquilamente. -Les estoy dando la oportunidad de salvar a su familia y a ustedes mismos.- dijo con seriedad cruzándose de pierna.- ustedes mismos tienen la respuestas en sus manos chicos, si yo fuera ustedes aceptaría, no tanto por mí, sino por mi familia.