Desde el primer momento en que vi su sonrisa a través de la ventana de mi auto, supe que yo iba a caer rendido ante él. Desde el momento en que mis ojos se posaron en sus perfectos labios, supe que él sería mi perdición. Desde que lo conocí, mi vida cambio. Tenía el pleno conocimiento que él sería mi único amado, aunque yo no, para él.