Seungmin era un chico un poco cuadrado, todo era en orden, todo pulcro y cero imperfecciones en su día a día. Era amable con todos, no era popular, tampoco pasaba desapercibido.
Tenía admiradoras, sí, pero el primer problema a su estructurada vida llega cuando, después de nunca haberse sentido atraído a nadie, un chico con pecas que simplemente era un desastre, aparece.
Tanto él como el contrario pensaron haber encontrado a esa famosa "otra mitad" de la que los libros y películas tanto hablaban. El conflicto viene cuando te das cuenta que para amar a alguien no puedes estar a la mitad.