Ian Blake era especialista en muchas cosas: en tomar fotografías, en entrenar lobos, y en ocultar su verdadera identidad como uno de los magnates del Imperio Di Sávallo. Dominante, solitario, oscuro... tenía una regla inviolable acerca de cuánto tiempo permanecía una mujer en su cama: dos meses ¡ni un día más, ni un día menos! Lía Marie Grant ni siquiera estaba consciente de que existía. La reciente pérdida de su bebé le había robado hasta el último impulso de vida, transportándola a un estado de ausencia del que no era capaz de sacarla nada... ni nadie... ¿O sí? Entrenar a Lía como si fuera uno de sus lobos no era el problema. El problema era enamorarse hasta los huesos de una mujer que no quería vivir.