El sol en los días grises

En la vida de Brooklyn James solo existen días grises.

Brooklyn tiene diecisiete años y nunca conoció a su padre. Tiene una madre adicta que la había abandonado por sus tabletas de OxyContin y jeringas de heroína cuando ella tenía diez años. Se limita a existir hasta cumplir dieciocho, porque entonces ya no dependerá de su madre o del sistema de acogida.

Ryder Kaine tiene veintidós años cuando conoce a Brooklyn James. Ryder lo tiene todo: salud, un mejor amigo que siempre lo apoya, un contrato de millones de dólares, una carrera exitosa en la música... Y por eso, no entiende porque se ve algunos días preguntándose porque no se siente vacío.

Cuando la esperanza de Brooklyn se ha ido, llega a su última casa de acogida y los destinos de Ryder y Brooklyn se unirán. Cuando se conocen, nunca imaginan que sus vidas se unirán de alguna manera por el resto de sus días, aunque ella no sepa más cómo seguir vivir estando tan rota y él crea saber quién es. Juntos intentan vivir, mientras crecen en una amistad que ninguno esperaba a través de los años.

En la vida de Brooklyn sólo habían días grises.

Hasta que Ryder Kaine le enseña poco a poco a tocar el sol.