48 parts Ongoing Atendía la tienda de mi papá por las tardes.
El barrio era sucio, lento, aburrido.
Hasta que un día entró él.
Veinte años.
Ojeras, manos sucias, olor a tristeza.
Me pidió un frasco de pegamento como si me estuviera pidiendo perdón.
Volvió a los días. No habló mucho. No miró mucho.
Pero desde esa vez, no dejamos de pensarnos.