México Imperial, 1868
Tras el triunfo final del II imperio mexicano, Estados Unidos comienza a preguntarse qué tan bueno será tener un emperador austriaco de vecino. Que poco a poco comienza a amenazar al imperio yanqui, con arrebatar los territorios obtenidos tras el tratado de 1848
Mientras México se prepara para aceptar el imperio de una vez por todas, Clara Villavicencio se prepara a su vez para recibir nuevamente a Eugenio en su vida, luego de haber vivido alejada de él durante los cuatro años que duró la guerra de guerrillas.
Casada a los 18 años con Eugenio de Santillana y Cermonte por culpa de un matrimonio por intereses entre su familia y el propio Eugenio, Clara aprendió dos cosas: a no volver a humillarse por amor ante nadie, y fingir en sociedad que su espléndido matrimonio marcha de maravilla, cuando en realidad la situación es otra.
Tras la efectiva ayuda del matrimonio Santillana-Villavicencio a gobierno imperial, Maximiliano decide darles a ella y a su ausente esposo; los títulos nobiliarios de Duques de Regla y Marqueses de Guadalupe.
Clara tendrá que hacer acopio de toda su fuerza de tolerancia, dado que Eugenio hace el escándalo del año al regresar de La Habana con todo y amante incluida.
Aún con todo ello, Clara trata de permanecer fiel a un matrimonio marcado por las constantes infidelidades de Eugenio hasta que el insoportablemente guapo vizconde de Jülich-Cléveris, se cruce en su camino provocando con ello lo que Clara ni en sus mejores sueños de amor hubiese pensado:
La furia y los celos de Eugenio.