S I N Ó P S I S. Hades el Dios del Inframundo ha comenzado a buscar una compañera de vida, alguien con quién compartir su eterna vida, pero para su mala suerte éste fracasa en cada intento, lo que lleva al Dios a tomar medidas desesperadas. Amplió su búsqueda fuera del Olimpo visitando diferentes mundos y dimensiones llegando así a La Isla de los Perdidos, lugar dónde conoce a Maléfica, villana que aprovechando la flaqueza del Dios, lo utiliza para obtener de él una hija semidiosa que le ayudara en su plan de venganza contra los habitantes de Auradon. Herido y enfadado el Dios del Inframundo se distancia de Maléfica y su hija recién nacida, yendo al otro lado de la Isla para recuperarse de una nueva decepción amorosa. Todo el cuento e historia de la Isla de los perdidos, Auradon, etcétera comenzaban a ser un simple recuerdo pues el Dios del Inframundo había encontrado la manera de huir de ahí con ayuda de Hermes y su hermano Poseidón en cuanto recuperó la fuerza necesaria gracias en parte a su creación "La Brasa de Hades". Mientras seguía pasando el tiempo Hades vigila el crecimiento de su querida hija Mal a través de un espejo que había ordenado a Hefesto fabricar para que le mostrara todo lo que él quisiera y a la par controlar su reino desde donde él se encontrara. A pesar de sus decepciones ahora Hades sabía con seguridad que el nacimiento de su hija compensaba toda esa felicidad que tanto le hacía falta incluso de eones atrás. Pronto se da cuenta de que un curioso sentimiento crece junto con su poder y el cambio de Mal, de quién se había anunciado su compromiso con el Rey Ben, situación que crea dentro de Hades un enorme caos; procura no recordarlo e intenta no buscar la razón. El destino le hace una mala jugada confundiendo sus sentimientos y obligándolo a enfrentarse a algo que desde milenios atrás rechazaba.