Con 17 años, Mila, se lleva la vida por delante como si nada importara. Y es que nada le importa. Con todos los traumas psicológicos que la acechan desde su infancia se volvió un ser sin sentimientos. Violaron a su hermana, mataron a su madre y su padre estaba en la cárcel. No tenía familia y eso la llevo a valerse por sí misma, y cuidar de su hermana menor Kathe, de 15 años. Trabajaba de embustera en una pequeña carpa en el centro de Londres. Según dice, adivinaba el futuro de quién le donase dinero, pero no era real. Y no porque no pudiera verlo, sino que al hacerlo esforzaba demasiado su cuerpo y luego terminaba con un dolor de cabeza insoportable. ¿y las sombras? Mila sabía cuándo una persona era mala, buena, cuando estaba a punto de morir y hasta cuando tenía otra vida dentro de ella. Las sombras hablaban, pero Mila aprendió a no oírlas y mucho menos verlas, aun así las sentía dentro...muy dentro. Con la llegada de una sombra superior, Mila deberá a aprender a desafiar la vida, o abandonar a su hermana de la forma más dolorosa que existe. La sombra la quiere, y no se detendrá hasta tenerla.