Cinco años, ese eran el número de años que Draco Malfoy había estado con Levian, perdiendo su tiempo. No solo le había engañado, tuvo el descaro de echárselo en cara. Ahora lo ha botado del departamento en que ambos vivían. Quería llorar, solo. -¿Draco?- la voz que estaba al otro lado de la puerta le era tan familiar-. ¿Estás bien? Malfoy sonrió.