A veces se sentia sola, rodeada de gente, pero sola. Parecía fuerte, pero por dentro era como el cristal. Se odiaba, le desesperaba su manera de caminar, comer y su estado anímico tan cambiante, casi bipolar; pero si había algo que llevaba al extremo el odio por ella misma era, sin dudas, su inseguridad.
No confiaba en nadie, después de tantas decepciones. Quería dejar de sufrir, y para eso era necesario dejar de sentir, fue entonces cuando su corazón se enfrió, se encerró en su mundo y sin ganas de seguir.
De a poco entendió que realmente nada es para siempre, esperaba que tampoco el dolor lo sea. Sus ojos reflejaban un vacío, miraba hacia la nada, pensaba en todo, se martirizaba sola, le gustaba estar sola. Pero aún así quería, rogaba, necesitaba ser amada, pero claro ni ella misma lo hacia cómo podría lograr que alguien más lo hiciera?
¿Que pasa cuando dos familias son enemigas,? Freen Sarocha y Rebecca Armstrong tendrán que luchar en contra de sus apellidos... y ver si el amor vencerá o podrá más el odio...