Dey, una chica de 18 años que sufre de un síndrome de personalidad muy extraño que se apodera de ella la mayoría del tiempo. Enfermedad que brotó de un trauma atroz de su infancia en el que tienen que ver 5 hombres y 5 deseos perversos que tuvieron al violarla con tan solo ocho años.
El padre de Dey, un hombre resaltante en los negocios. En venganza se enfocó en torturar a los culpables. Y, aunque al final no fuera de mucha ayuda para Dey así como las diversas sesiones que llegó a tener con los mejores psiquiatras, las esperanzas de ser una chica normal eran escasas. John no pudo evitar que su hija decidiera quedarse encerrada.
Esclava de sus propios comportamientos. Dey diseñó un cuarto especial para su otra personalidad después de unas experiencias peligrosas y para que no se apoderará completamente de su cuerpo, ella decidió aislarse, sola, desde las sombras.
Después de muchos años de vivir en una vida de blanco y negro, Dey tuvo esperanzas de poder ver un mundo de distintos colores, gracias a Beth, un humilde y llamativo trabajador que recién llega a la mansión Maxwell.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...