"Carmina Boschi perdió a alguien... ¿Pero lo perdió realmente? Ahora, ya ni siquiera está segura de haberlo conocido. Puede que haya sido sólo un sueño como le dicen sus amigos y que simplemente... le haya llegado la hora de despertar". -Despertar-me dijo en un tono agridulce, mientras me arrebataba la hoja en la que acababa de escribir la descripción de su historia -Si fue eso... entonces me hubiera gustado seguir durmiendo. Bórralo. Borra esto que escribiste. Él fue real y voy a encontrarlo. -Pero Carmina... necesitamos el gancho, algo que atraiga a la audiencia. Dejarle abierta la puerta a la posibilidad de qué tal vez estás loca. A los lectores les gusta eso, es parte del circo. -No me interesa ser parte de tu circo. No vine a eso. -Claro que lo hiciste. Viniste justamente a eso. Quieres que la gente lea lo que te pasó para comprobar que no lo estás inventando, y que no es solo otra mala jugada dentro de tu cabeza. Y para eso tienes que contar las dos caras de la moneda... El morbo vende Carmina. Se consume como pan caliente. Llega a las masas porque a todo mundo le gusta hacer leña del árbol caído... Así que agarra el serrucho y comienza a cortarte los brazos, las piernas, lo que haga falta. Y trata de que cada pedazo sea más grande que el anterior.