Caroline está demasiado enfrascada en toda su vida como para pensar en eso que llaman amor. Un trabajo de camarera en un local de mala muerte, una madre que ha sobrevivido a un aneurisma y unas amigas que, pese a todo, no puede mantener tanto a su lado como le gustaría. Roy, en cambio, se ha negado a vivir la vida. Sus propios fantasmas le mantienen alejado de aquello que está al alcance de su mano. Dos personas tan diferentes que sería imposible creer que pudiesen encontrarse en una ciudad tan grande, pero todo cambiará gracias a un trozo de tarta de chocolate.