Mi abuela decía que la vida puede ser narrada de dos formas. La primera era con exceso de realidad. Utilizando palabras rebuscadas. Con diccionario en mano y sin dar espacio a la fantasía ni a las suposiciones. La otra manera era con el lenguaje del corazón. Con sentimientos. Con amor y por lo tanto con magia. Las Bitácoras del Hombre Bala son los relatos de las aventuras que viví con mi abuela cuando era un niño. Sabrán disculpar la ausencia de la realidad y es que a mi abuela solo la puedo describir con el lenguaje del corazón.
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