Él tenía que ser perfecto, su perfecta sonrisa, su perfecta autoestima, pero no lo era, quería llorar, quería ser un cobarde pero los golpes de él, el cual se había hecho llamar su padre.
No tenía que decir nada, tenía que ser perfecto si no lo hacia volvería a pasar. "Madre dónde te encuentras te necesito" "Iwa-chan te juro que no miento" "Alguien por favor, creanme" "Cada carta con contenido diferente, cada destinatario diferente, cada día diferente,pero, el mismo sentimiento", pero, ese sentimiento se acabó, lo único que se encontró fue el cuerpo sin vida de Oikawa Tōru en aquel frío suelo, había cometido suicidio, nadie sabía el porque, pero aquellas cartas contenían la verdad y Iwaizumi Hajime que ya había cometido un error antes tenía claro que no lo volvería a hacer.