Cuando Adam volvió a la ciudad donde nació y encontró aquel niño pequeño buscando a su madre y su hermana, no esperó que pasara lo que pasó, no se imaginaba lo que aquello podía significar y, definitivamente, no contaba con lo mucho que su vida cambió a raíz de ese suceso. Adam pasó de vivir en Las Vegas, pasando las noches de fiesta en fiesta y de mujer en mujer, continuando la vida de playboy que llevaba en el instituto, a desear sentar cabeza en una pequeña ciudad donde todo era tranquilo y tener aquella serie de ataduras serias. Todo eso, desencadenado por un pequeño y su hermana que resultaron ser sus hijos.