La mayor parte del día todo transcurrió normal, pero todo callo al entrar a ese infernal lugar. “Era uno, lo sabía, pero se proyectaba mil veces en cada espejo, sabía que era un solo reflejo, pero entre tantos de ellos, no lo distinguía, no podíamos correr, a donde sea que fuéramos estaría ahí, no teníamos donde escondernos, eran pasillos largos, parecía un laberinto, y mientras tratábamos de escapar poco a poco fueron desapareciendo. En ese lugar asechaba una maldición que no nos iba a dejar en paz.”