Su infancia estuvo resumida al silencio, mantener la cabeza baja y esconderse en un hoyo dónde nadie pudiera encontrarla. Ahora, como una mujer adulta, no tiene que rendirle cuentas a nadie. Dice lo que quiera. Hace lo quiere. Mira a todos como seres inferiores y su actitud hacia el mundo es ácida. "Señorita hostilidad". Hubo un tiempo en que todos comenzaron a llamarla de esa forma porque no permitía que nadie se acercara a ella. El problema de haber forjado una armadura impenetrable, es que cuando las grietas que se han formado con los años caigan, sólo una persona podrá ayudarla a repararlos. Alguien que no esperaba volver a ver.
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