Despierto en una habitación ajena, sobresaltada por la realidad de tener tres años más, un esposo rubio de ojos claros que afirma ser asesor económico de Rusia, Italia, Francia y Alemania. Mi memoria se ha esfumado por completo, incapaz de recordar a un bebé de diez meses que insiste en llamarme mamá. Las explicaciones para mi amnesia van desde secuestros y torturas hasta estrés postraumático, pero ninguna respuesta parece encajar perfectamente. ¿Es mi esposo una figura de confianza o una pieza más del desconcertante rompecabezas que es mi vida actual? Las preguntas se multiplican, mientras cuestiono la veracidad de mi entorno y las personas que dicen conocerme. ¿Quién soy realmente? ¿y quién diablos es Erik? La incertidumbre me atormenta, y la búsqueda de respuestas se convierte en un laberinto inexplorado.