Esta es la historia de una chica totalmente normal, pero con muchos problemas. Sus padres son los que ninguna persona desearía tener, la aborrecen, la odian, la maltratan, y la golpean. No todo es sencillo en la vida de esta joven. Además de esto, también un hermano odioso, y una hermana envidiosa. La mayoría de las personas les parecía muy agradable esta chica, tan solo que ella era muy cerrada, demasiado, por temor a ser lastimada, engañada, y… abandonada, como fue. Cada noche, un montón de lágrimas rondaban por la cara de Emily, si, así era su nombre. Yo la amé desde el principio y la voy a seguir amando. Fue tan buena conmigo, pero tan desconfiada al principio, cuando caminábamos por el parque, yo le sostenía su delicada mano, y ella simplemente daba un toque de color a sus mejillas con una leve sonrisita. Cuando le decía que la amaba, ella me miraba a los ojos, y simplemente me sonreía. No necesitaba respuesta, sabía lo que sentía, lo sentía… lo mismo que yo hacia ella, sentíamos amor el uno al otro. Recuerdo cuando me dijo que era su primer amor, su único amor, eso hizo que me ponga demasiado feliz. Se veía tan pequeña, delicada, tímida. Era hermosa. Aún la recuerdo, cada momento juntos, cada sentimiento, cada caricia, cada “te amo”, todas aquellas sonrisas. Nunca te olvidare querida Emily, nunca lo haré.
Mi vida no era del todo extraordinaria, era bastante común en realidad, con unos padres maravillosos y una hermana increíble. También están mis amigos, cada uno con su personalidad, pero hay algo que tenemos en común, la lealtad, cariño y apoyo incondicional entre nosotros. Pensaba que no encontrar mi cereal favorito al ir de compras o perder una apuesta de cualquier cosa random con mis amigos eran problemas graves. Pensaba que mis dos relaciones anteriores habían sido intensas, increíbles y que había estado enamorado. Nunca había tenido que presenciar la violencia en algo diferente que una película, una serie o una pelea callejera, nunca involucrado un ser querido. Nunca había tenido que sentir la impotencia, el dolor y la rabia en su máximo esplendor... Hasta que lo conocí. Él llegó para mostrarme lo que es realmente estar enamorado y desear que todo el sufrimiento de esa persona sea para ti, todo para que él pueda ser feliz.
Daría lo que fuera, hasta la última gota de mi sangre para que él no vuelva a llorar.