Quizás no había caído tan bajo. No toda su alma había oscurecido por completo. Los rizos pelirrojos que enmarcaban su rostro adormecido no formaban parte de su cuerpo. Besos sin sabor alguno le paseaban por el alma. Caricias y sentimientos que olían a éxtasis fingido. Escuchando sus corazones que no latían con la misma fuerza. Quizás versos moribundos disfrazados de esperanzas. -Acepto- Dijo en susurro apenas audible mientras miraba el cuerpo celestial que yacía sobre su pecho, descansaba con respiración algo agitada. A ella se le deslizo una sonrisa por los labios. Porque su trabajo había terminado. Y no saben lo fácil que se le había hecho Tres perspectiva del amor y como se supone que siempre termina. Tragedia.