Abigail solía amar su vida, sin importar cuánto trataran de derribarla, ella siempre volvía a levantarse, esa era su historia, pero todos tienen un punto de quiebre, y el de ella fue Emily Young. Emily marcó un antes y un después en la vida de Abigail, porque también marcó un antes y un después en la vida de Sam, el prometido de Abigail, que, tras ver a Emily, decide que ya no siente nada por ella. El mundo de Abigail se sintió desmoronar en el instante en el que perdió lo único que siempre tuvo y que creyó que jamás estuvo en duda: el amor de Sam. Un corazón roto puede doler, pero jamás tanto como le dolió a ella, suficiente como para que lo único por lo que valiera la pena luchar cuando fue atacada, fuera por el bebé que llevaba en su vientre. Jasper trataba de ser vegetariano. Él había esperado cazar un león de montaña, pero en su lugar encontró a su tua cantante, a la que casi asesina bebiendo su sangre. ¿Pero qué sucede cuando conviertes en vampiro a tu tua cantante? A veces, solo a veces, se convierte en algo más: tu compañera y tu alma gemela. Pero después de vidas de tormento y dolores inmensurables, el destino no estaba dispuesto a soltarlos y permitirles ser libres de su yugo, no mientras Abigail tuviera a su bebé, cuyo donador de esperma no podía ser si no Sam Uley. En ella hay genes de cambiaformas, su familia lo fue y ella iba a serlo en algún momento, pero no llegó a transformarse, por lo que era humana, y tras obtener la mordida se volvió una vampira. ¿Qué daría como resultado esta mezcla inesperada? Un ser por el que ella haría lo que fuese necesario, dañase a quien dañase.
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