Obedeciendo tus reglas ©

El mundo parecía ser una esfera vacía, o eso pensaba Isleen, corrección, su mundo era una esfera vacía. Se sentía como una sombra, un espectro que vagaba sin rumbo por un mundo sin forma ni sentido,se sentía como una marioneta abandonada en medio de un escenario vacío, donde las risas y los aplausos habían desaparecido para siempre.

La vida de Isleen parecia perfecta a simple vista: una familia adinerada, una belleza envidiable y una vida llena de lujos. Sin embargo, detrás de esa fachada de perfección, podía ocultar su propio dolor. Por otro lado, Alan es un soldado que sufre de sus propios demonios internos. Y al cual le sería asignada la misión de vigilar a Isleen.

Ningúno de los dos se conocía, pero el destino siempre encuentra una manera de unir a las personas rotas.

Ella pareció odiarlo desde el momento en que lo vio, pero debía admitir que había algo en el que la atraía sin poder evitarlo. El odio puede ser el punto de partida al deseo, además este puede transformarse en pasión cuando descubrimos que la persona que supuestamente odiamos se mueve de una manera que nunca imaginamos.

¿Podrán encontrar la redención y el amor en medio de su dolor y sufrimiento, o serán arrastrados por sus propios demonios hasta el punto de no retorno?

Alan un soldado.
Isleen su misión.

Ambos en busca de la muerte.

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[BORRADOR]

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