Un final épico para un viaje legendario. La historia que se catapultó a universos imposibles llega a un epílogo brutal e inesperado que, si bien se anunciaba como una tragedia desde el inicio de la saga, no pudo hallar un puerto más impredecible para desarrollar la agónica conclusión.
Una entrega repleta de sangre, batallas, muerte, pasión y destrucción se reencuentra con la locura del narrador y con la experiencia más demencial imaginada. Es un arco argumental digno de pasillos de sanatorio mental, pero con una fuerte dosis de esperanza que, hacia la finalización, parece querer dejar al lector con algo mas que solo un final. Se trata en sí misma de una historia extensa que llevará en sus páginas el rasgo sesgado del romance, contenido en el primer tomo, y el espíritu aventurero del segundo libro de la serie. Una experiencia que se complementará con la brutal violencia y erotismo del tercer tomo.
No es fácil imaginar una conclusión para la trilogía de "El Arco de Artemisa", pero esta entrega logra lo más difícil de todo: reencontrar lo sobrenatural con la realidad. Es una novela hiperbórea y mágica en la postrimería de la "actualidad". Es una revelación, una analogía a la locura y al pathos. Pero más que eso, es una caricia y una palabra de amor para el lector. La historia de Diana, Rodrigo y sus amigos termina aquí; y con ella concluye el camino del narrador.