Jamás se consideró una Omega ejemplar, y mucho menos quería serlo. La sociedad se había aprovechado de su sumisa personalidad durante demasiado tiempo, y eso la hizo someterse a un cambio drástico.
Nunca le haría daño a nadie, no físicamente. No quería hacer lo que alguna vez ella tuvo que soportar. Pero, a veces las palabras son más dañinas que las acciones, y eso Andrea lo sabe perfectamente.
No volvería a caer por nadie. Era débil, pero podía aparentar fortaleza, estaba demasiado rota como para dejarse pisotear una vez más. No lo permitiría.
Y es por eso, que Andrea es como es. Es una Omega, pero no una como las demás. Es "única" en su especie.
Prohibida la copia parcial o total de esta obra.
protegida por derechos de autor.