El miedo de los humanos los lleva a inventar monstruos en la oscuridad; desde zombies, hombres lobos, momias hasta vampiros. Estas leyendas tienen su lado verdadero entre toda la magia y fantasía, pues muchas de estas historias fueron creadas con el fin de relatar un hecho, quizá dramatizado, pero no deja de ser un suceso en la vida de alguien. Nunca creí que esas historias fueran verdaderas, hasta el año 1916, cuando a mediados de la gran guerra me vi convertida en un ser diabólico de ojos rojos con la belleza más abrumadora que ningún humano a logrado conseguir.
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