No había alguna duda sobre él. Su personalidad era tan fría como su duro y poco conmovedor corazón. Un personaje amargado y cansado de la vida con un rostro poco amable se sentaba al centro de una mesa solitaria a solo tomar su café de las mañanas en total silencio. Ahí estaba con una mirada amenazante a cualquiera que se le ocurriera acercarse a su mesa o peor aún, sentarse en ella. Era algo que odiaba con su ser, la compañía. Quién diría que ese día alguien llegaría a invadir aquél espacio guardado especialmente para su soledad. Alguien lo suficientemente torpe como para darse cuenta que su mesa preferida estaba ocupada por el amargado del café. Y peor aún, que el único contacto que estaba en el local se encontraba justamente ahí, su computadora con 10 % de batería no era mucha ayuda tampoco. Sin pensarlo mucho encaminó su paso hacia su mesa sin importar no conocer al otro, su objetivo era acabar aquél trabajo que su jefe había mandado, tenía menos de 1 hora para acabarlo y no podía perder tiempo en tonterías de ese tipo o sería despedido. A punto de colocar su computador con torpeza en la mesa, chocó con la mirada en total despreció con el desconocido. Hubiera pasado un tiempo así pero el contrario solo especuló algo que hizo sentir a Nikolai como un completo idiota. -¿¡Que miras!? #1 en calisto 5/05/2021
23 parts