Desde la desaparición de los dioses mayas su gente dejó de creer en ellos, dejándolos en el olvido, haciendo como si ellos nunca hubiesen existido. ¡¿Dónde se suponía que estaban cuando más los necesitaban?! Lo único que no sabían es que ellos habitaban en el interior de lo que un día fueron unos niños indefensos. Esperando el gran día en que finalmente vuelvan a ver la luz...