Creemos que podemos planear todo pero el destino es quien hace de las suyas y nos lleva a donde nunca pensamos llegar. De hecho, a veces la vida te hunde en un pozo y luego te eleva hasta las nubes. Pero eso me hizo ser quien soy ahora. Debemos creer en los milagros, aun que a veces creemos que estaremos acabados, que no hay ninguna solución; tienes que creer que un milagro puede tocar a tu puerta. Había momentos en los que quería cambiar mi destino, pero ¿podría cambiarlo?