Osvaldo Roncayolo nos cuenta que cualquier persona que realice negocios, ya sea en nombre de una pequeña empresa, una corporación mundial o su propia empresa, puede considerarse un hombre de negocios.
El éxito en este campo puede medirse observando tanto el logro personal de un hombre de negocios como la salud general de los negocios de los que ha formado parte esa persona. Los dos a menudo se entrelazan bastante profundamente, ya que el logro de los objetivos de toda la empresa comienza con el trabajo que una persona realiza en su propio éxito.