Mi vida era completamente normal y tranquila como la de cualquier chica de 18 años, asistir a la secundaria, salir con amigos, y ver series coreanas. Sip, como cualquier adolescente. Pero todo, absolutamente todo cambió cuando un camión de mudanza se estacionó justo en la entrada de la enorme y elegante casa de al lado. Al principio creí que sería emocionante tener nuevos vecinos, sin embargo, jamás pensé qué los nuevos vecinos tuvieran un hijo extremadamente sexy y arrogante, pero sobretodo, jamás pensé que ese bastardo cambiara mi vida completamente.