Tres palabras, nueve sílabas, veinticuatro letras: Tranquila, anticuada, simple. Esas son las palabras con las que Irene Dankworth describiría su vida, solo antes de involucrarse en todas las cosas que pondrían en riesgo su futuro y, tal vez, hasta su vida. "En un mundo donde la mentira e hipocresía abunda, no nos queda más remedio que desconfiar hasta de nosotros mismos."