El Sol y La Luna, dos seres poderosos que, si bien eran amados, ninguno sentía que era de verdad. Ellos se amaban, sin duda, pero no podían estar juntos. Él salía de día y ella de noche, jamás se veían, jamás se saludaban, pero el amor estaba gracias a su imaginación. Y así duraron por miles de años, sintiendo un amor imaginario por la soledad pero que para ellos era verdadero. Hasta que La Luna se rindió ante los seres humanos, y entregó su vida. Dejando al Sol sumergido en la agonía hasta su muerte.