Es enteramente real lo narrado, puede que no lo parezca, pero lo es. Para dejar de preocuparme por mis pesares y miserias presentes escribo esta carta. En la misma cuento sobre mi fugaz historia con una conocida, de la cual no puedo dejar de pensar. Fragmento del borrador, ya eliminado: «La conocí en la noche. Era una de esas pibas que se entrenaban en el arte de repetir el año».