"Me dejó en la puerta de mi casa y nos despedimos con un abrazo amistoso. Extraño el principio. Todo era halagos y formalidades. Yo había aceptado su invitación a tomar un café con la posibilidad de irme en el medio de una conversación porque no me agradaba el tema de conversación que estábamos teniendo, pero termine pasando 4 horas con él. Pensé que quedaría asi... A veces pienso muy erroneamente"