La vida es una montaña rusa de sentimientos, felicidad, temor, vértigo, euforia, en fin. De alguna forma en ese vaivén existen algo constante, algo que acabamos hallando sin siquiera buscar y que sin importar que tanto busquemos alejarnos o negarnos a la realidad, ésta siempre estará allí en algún lugar para gritarnos que debemos aceptar lo que el destino tiene escrito para nosotros.