El mundo es un caos. Dios ha muerto, y dejo un mundo sin un mal, y sin un bien omnipotente. El llanto de los lamentos ajenos será su salvación y la delicia de la felicidad ajena será su perdición. ¿Nuestros protagonistas podrán sobrevivir? ¿Qué pasara con el mundo? ¿Dios cuidara de nuestros pecados? Las preguntas no acaban, y las respuestas apenas van iniciando.