Un amor.
Muchos recuerdos.
Y una despedida.
Sus ojos, a mí siempre me habían gustado sus ojos, y en este momento, ellos me miraban como si yo, fuera el tesoro más grande de la tierra, provocando que los latidos de mi corazón se aceleraran totalmente desbocados.
-... Quiero que recuerdes esto, Tae, yo, siempre estaré para ti - susurró, antes de besar muy tenuemente mis labios, para posteriormente mostrarme la sonrisa de la que me enamoré.
- Y yo quiero que sepas, que siempre te voy amar...