A Park JinYoung, la vida lo ha amarrado, arrastrado, apaleado, pateado, escupido y abofeteado. Con varios problemas familiares, en un trabajo donde debía ser casi perfecto, y una casa que mantener de pie. Por suerte, conoció a Im JaeBum, un hombre honesto, justo y noble, y su nuevo jefe. Con él, quizás por primera vez en su vida, lograría regalarse un momento de felicidad. Aunque, por el momento debía concentrarse en el hombre con quemaduras de tercer tipo en su camilla y con sus pulmones llenos de hollín.