Hay cosas en la vida que sencillamente llegan, te rompen, y luego solo se van, sin dejar explicaciones, sin pedir perdón, sin haber pedido permiso.
En su lugar dejan un montón de piezas rotas y esparcidas por todos lados; en tu corazón, en tu alma, en tu mente, en tu memoria...
Entonces llegan otras cosas, o personas, que nos hacen entender que los pedazos rotos tuvieron que suceder para que llegarán otras piezas, y finalmente un hermoso cuadro pudiera ser armado.
¿Pero que sucedería si las piezas que te topas, no quisieran encajar con las tuyas, ni con otras? Y, ¿que pasaría si aparte, éstas piezas tuvieran una pequeña obsesión por el café?
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele llamarlas.
Pero todo cambia cuando conoce a su dulce y tierna empleada quien poco a poco se ganará su confianza convirtiéndose en su gerente general.
Loliery es todo lo contario, dulce e inocente.
El destino los unió y Arodmy se obsesionó.