En un mundo de roca en el que parecía imposible encontrar muestras de vida, comenzaron a formarse ocho pequeñas rocas que poco a poco adquirían conocimiento sobre sí mismas y el mundo que los rodeaba.
Con el tiempo tomaron una forma que los hacía movilizarse más fácilmente con piernas, brazos y una cabeza que les permitía pensar, hablar, ver y escuchar. Tomaron una forma semejante a los humanos.
Se hicieron llamar "Los fundadores" y sus sucesores se llamarían Rachmands.