-¿Crees que eres capas de seducirme?-Dije algo exasperada mientras apretaba los puños-¡No eres mas que un engreído!-Grité lo bastante enojada como para golpearlo. -Eres muy bonita cielo, ¿cómo quieres que no te seduzca?-Dijo con su típica voz suave mientras me acorralaba contra la pared y rozaba mi cintura con la yema de sus dedos.