Vince Neil jamás pensó encontrar a una chica tan tímida y tierna a la vez, con una personalidad interesante que va entre la locura de una adolescente y la inocencia de una niña, en aquella fiesta de 1982. Era tan virginal como las flores que nacen en primavera, y tan fría como el mismo invierno... Sin embargo, tal idílico amor se esfumaría como el ocaso de otoño. Sin pensar que los besos de Kayla Holmes, marcarían un antes y después en el fondo de su alma. Él se convirtió en su primer amor, aún así se pregunta si podría derrumbar las paredes que se formaron en el medio de ellos, donde el mayor obstáculo es la madre de la castaña. Ese hueso duro de roer ha producido que la distancia sea más pronunciada. Solo el destino sabe, si el olvido algún día llegará. ¿Será posible destruir el tiempo ya marcado? Todos los derechos reservados. ©