«Entonces, su hablar era etéreo y los demonios se desvanecían; descubrí que lo amaba.» Ella adoraba el silencio. Él era ruidoso. Ella necesitaba respirar. Él era oxígeno. Ella quería estar sola, dejar de sentir. Él deseaba amar y sentirse amado. Ella era invierno. Él era verano. Y en medio de lo opuestos que podían ser Lograron coincidir. PUEDE HABER ERRORES ORTOGRÁFICOS. LA COPIA O ADAPTACIÓN DE ESTA HISTORIA QUEDA PROHIBIDA. LAURA SÁNCHEZ. 2020 créditos de la hermosa portada @Luxenriver
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