Copas de más, un porro tras otro, cartas sobre la mesa en el conocido casino de Los Santos. ¡Qué mejor momento para hacer una apuesta que ese! Borrachos, drogados y con los bolsillos vacíos. Ah, pero aquella apuesta no trataba sobre dinero y azar; cuando no hay nada en tu cartera, tienes que ser creativo, y qué mejor para dos payasos como lo eran que apostar de amores. Divertidos, no estuvieron ni cerca de imaginar la ocurrencia de que les llegara el pensamiento de que posiblemente había una probabilidad... De que estuvieran a punto de meterse en el lío de sus vidas. Y no en una pelea a puño limpio, como solía suceder. Sin saberlo, firmaron un contrato que letra pequeña tenía mucha; se iban a involucrar en un enredo al que estarían atados para siempre.
8 parts