-Es lo mejor que me han regalado. Muchas gracias -digo, abrazándolo, mis ojos se habían llenado de lágrimas. Nos separamos y quedamos muy cerca. Él no pierde tiempo y me besa. De nuevo está sucediendo, esas cosquillas en el estómago están ahí, esa sensación de relajación que solo con él me pasa. Me dejo llevar, nos besamos sin control, sin piedad. Él me carga y me sube a la mesa, con su rodilla abre paso entre mis piernas para acercarse más a mí, acaricia mi mejilla suavemente. Nos separamos y nos miramos a los ojos. -¿Qué es lo que quieres de mí? -inquiere, juntando nuestras frentes. Se ilumina la pantalla de mi teléfono, mostrando un nuevo mensaje. De Trevor. "¿A qué hora nos veremos?" Noah lo lee. -¿A qué juegas, niña? -susurra Noah, con la mandíbula tensa -Estás con Trevor y conmigo a la vez -dice entre dientes. -Yo nunca he dicho que estoy contigo -digo inocente. Y me vuelve a besar, un beso salvaje, sin importar nada. #1 picante el 18/02/2021 #4 dios griego el 18/01/2023
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