¿Sabías que la segunda guerra mundial fue la más devastadora guerra en toda la historia? Te lo digo por experiencia propia, yo lo ví y lo viví de primera mano, vi atrocidades que no te podrías imaginar ni en tus peores pesadillas.
No hay manera de explicar y expresar cómo se siente estar en medio de eso, el medio del campo de batalla, en medio de tanta muerte y desastres, cosas horribles y desalmadas, en fin, todo el diccionario de palabras similares a las mencionadas anteriormente.
¿Sabes lo difícil que estar allí y estar al mando? A pesar de todos los episodios horribles que llegas a observar debes mandar a personas que fueron tus amigos, compañeros y del trabajo, a que peleen y luchen, creando así nuevos episodios, cada uno más doloroso que el otro; personas que probablemente no vuelvan a casa, que tienen familia y una vida más allá de la guerra, que nunca van a regresar, personas a las que debes mandar para luchar por unos ideales y que si mueren, quedan como cargo permanente dentro de tu conciencia, que todas las noches, rezas para que no te encuentren, para que vuelvan vivos, para que esto acabe y puedas volver a casa, ¿sabes lo difícil que es?.
No, no lo sabes y nunca vas a llegar a entender todo el dolor, a pesar de que se cuente de ello en institutos y universidades, a pesar de que te puedan dar cátedra de ello, nunca vas llegar a sentirlo.
No puedes saber la realidad de las familias que en aquel entonces se dividieron, no tienes ni la más remota idea de cuántas historias de amor fueron enterradas, cuántas vidas quedaron destrozadas. Solo puedo pedir que Dios se apiade de las futuras generaciones para que jamás vivan algo así y que todas las penosas almas de las víctimas puedan encontrar el descanso y la felicidad eterna, que en otra vida sean tan felices como no pudieron serlo en esta, y que la justicia divina, si es que realmente existe, se encargue de todos y cada uno de los culpables de esto.
Adiós por ahora soldados, pronto m